Quiero cambiar de juego, pero por ahora están todas las pistas cerradas; o ni siquiera me he parado a tocar el llamador.
El humo es tan espeso que no me deja ver, y las luces de largas reflejan tanto que revotan contra el parabrisas, (casi) todo en mi cabeza es pasajero o temporal, pero esta vez la arena del reloj cae demasiado deprisa por el estrechamiento y no me gustaría estar mirando con las manos cruzadas cuando caiga el último grano de arena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario