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lunes, 9 de septiembre de 2013

Y el nuevo día se parece tanto a ayer

Supongo que solo hablo de mi cuando llevo los zapatos llenos de barro; si estoy caminando no tengo tiempo de pararme a mirar las huellas que voy dejando al andar.

Un verano atípico, no tan especial como esperaba, o me hicieron pensar que sería.

Es frustrante ver girar la noria y no ver ningún asiento vacío en el que sentarse; pero ahora es difícil encontrarlo y aún no he podido ver todo el parque desde arriba.

He quemado el tiempo con cientos de litros de gasolina (y de piedra), las cenizas han volado como los papeles de mi billetera.


Difícil es alzar el vuelo cuando la cuerda que te ata es más corta que la que sujeta a tus sueños.

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